Navidad y Comida. Ya Están Aquí

Navidad y comida son palabras que no podemos separar, como si la llegada de la Navidad implicase irremediablemente una “licencia para atacar”

Independientemente del sentimiento religioso que cada persona tenga hacia la Navidad, son fechas en las que, año tras año, pensamos, casi por encima de cualquier otra cosa, en la comida.

Y es que estamos todavía en Noviembre, parece como si faltase toda una eternidad para empezar a relacionar Navidad y comida, pero, qué ocurre cuando entras en tu tienda, en el supermercado, en cualquier establecimiento relacionado con comida, en esta fecha, en noviembre? Pues ya lo sabes, la Navidad que lo inunda todo, supongo que para que nos vayamos

animando y “cogiendo carrerilla” para empezar a comer turrones y demás, con tiempo suficiente, no vaya a ser que se nos acaben antes de lo previsto. Desde ya mismo, puedes comenzar a comprar cualquier cosa que vayas a comer en Navidad, porque ya están disponibles todos los productos que típicamente se consumen en esas fechas; parece que, de seguir así, en poco tiempo, la Navidad comenzará a prepararse en verano.

Lo que sí es cierto es que la Navidad parece seguir ilusionando a la mayoría, sigue siendo un momento en el que las familias se reúnen y echamos de menos a quienes ya no están con nosotros y, en cuanto a la mesa, pues, qué puedo decir? Que, en torno a la mesa, se reúnen año tras año las familias para disfrutar de tan grata compañía y por supuestísimo, para comer. Navidad y comida y charlas e interminables sobremesas, en las que tenemos tiempo para picar un trocito de turrón, un pedacito de tarta, unas pastas…cualquier cosa que tengamos al alcance de la mano, nos vendrá bien.

Añadido a esto, la Navidad es momento de abundancia en la mesa, por lo que generalmente se hacen comidas copiosas, en excesiva cantidad, comida que siempre somos incapaces de terminar y que queda para la siguiente, hay que comerla, por supuesto, es tradición.

Hasta aquí, todo va aparentemente bien, pero el problema viene cuando, después de la Navidad, nos damos cuenta de que ya no entramos en nuestro pantalón favorito o que los botones de nuestra chaqueta no pueden reencontrarse con sus correspondientes ojales. Aquí es donde Navidad y comida llegan a formar una pareja que tienen una clara relación de amor-odio. Los siguientes meses, los pasamos intentando perder, con gran esfuerzo, lo que sin apenas habernos dado cuenta, hemos ganado, de nuevo la lucha contra la balanza.

Y es que, no es extraño ganar, con esta pareja, Navidad y comida, 5 kilos extra, sí, así de exagerado.

Voy a proponerte algo; así como ya tienes disponible en las tiendas, todo lo que se refiere a la Navidad, para que puedas planearlo con antelación, qué te parecería, planear, también con suficiente antelación, qué quieres hacer para no encontrarte con esos 5 kilos extra que vas a ganar en estas fechas? Te apetece? Si sigues unas pequeñas normas, muy pocas, en realidad, podrás disfrutar de Navidad y comida, sin tener remordimientos una vez terminen las fiestas. Es muy sencillo.

En Navidad, podemos disfrutar de alimentos muy sabrosos que no disfrutamos el resto del año, es una ocasión especial, no te niegues a ellos, pero no negarse, no significa que te pases el día insistiendo en comer y comer hasta que se te ponga cara de turrón. No están prohibidos, simplemente han de ser controlados.

Si en tu casa, celebráis una gran cena el día 24 de diciembre? Fantástico, deja los excesos entonces para esa cena, no comiences la mañana del 24 poniéndote las botas, es más, procura comer, a lo largo del día, alimentos ligeros, frutas verduras y proteínas ligeras, para no saturar tu organismo. Si lo planeas, será mucho más fácil.

Quién quiere comer, tu cerebro o tu estómago? Tú tienes que tomar el control, no debes decidir si tienes hambre, esto no se decide. Lo que ocurre es que, con todo lo que preparamos para estas fechas, deliciosos olores, el estar rodead@ por todas partes de comida, parece hacernos creer que tenemos hambre, cuando en la mayoría de las ocasiones no es así. Pregúntate si verdaderamente tienes hambre y come cuando sea así, no cuando esa tarta maravillosa intente seducirte para que caigas rendid@ ante ella. Tú decides.

Aprovecha que Navidad y comida van unidos, sabes que, mientras haya Navidad hay comida; tomémoslo en serio, aprovecha que estás con tu familia, que probablemente puedas disfrutar de un poquito más de tiempo y relájate para comer despacio, no necesitas engullir, no hay tanta prisa. Y por supuesto, no necesitas llenarte en exceso; sabemos que en estas ocasiones comemos más de lo habitual, pero no tanto, no te excedas tanto, te repito que eres tú quien toma el control.

Todavía tengo alguna recomendación más que hacerte; de nuevo, como estás con la familia, amigos, seres queridos, aprovecha para hacer algo divertido, pero no sentad@ en el sofá, sino que, para variar, puedes dar un paseo después de comer, puedes jugar a algo divertido en lo que necesariamente tengas que estar sentad@, realmente podemos disfrutar incluso de divertidos videojuegos en familia en la que la opción “sofá” no está contemplada, lo pasaréis bien.

Y no olvides beber agua, mucha agua, procura además mantener el alcohol alejado, en la medida de lo posible y no me refiero sólo a lo que implica el alcohol en lo que a kilos extra se refiere, ya están aquí fiestas para disfrutar con aquellas personas a las que quieres y el alcohol, no en pocas ocasiones, empaña estos acontecimientos.

Y hasta aquí, unos pequeñitos consejos que pueden ayudarte a que Navidad y comida sigan emparejadas sin que ello suponga un conflicto para tu salud y para tu peso.