Bebidas azucaradas y edulcoradas.

Si bien no es un país pionero en tomar este tipo de medidas, España se ha sumado a la subida de impuestos en refrescos.

No es el primer intento, hasta el momento sin éxito. Por segunda vez, se ha enviado la propuesta a Bruselas, a la espera de que esta vez sí tenga el apoyo suficiente.

Hasta el momento conocíamos esta medida en Reino Unido y especialmente en América. En España, sólo una Comunidad Autónoma cuenta ya con este impuesto (Cataluña). Países como Chile y México o algunos estados de USA, implantaban esta tasa, hace años, sin el éxito esperado. Puedes leer aquí y aquí artículos al respecto.

En el caso de España, se produciría una subida de IVA (Impuesto Sobre El Valor Añadido). Pasaría del 10% al 21%.

Los argumentos:

• Favorecer hábitos saludables en la población
• Recomendaciones sobre la limitación a la hora de aplicar tipos reducidos del IVA. Actualmente existen diferentes tipos de IVA en España, según el producto del que se trate. Hablamos de 21%, 10% y 4%.

Hasta el momento, los impuestos gravaban las bebidas azucaradas. Pero España va un paso más allá, imitando al país vecino, Francia. Los precios que subirán serán los de las bebidas EDULCORADAS. Hablamos de bebidas refrescantes, zumos y gaseosas. No sólo aquellos que contengan azúcar sino los que cuenten con cualquier otro edulcorante añadido.

Como imaginarás, esta medida sobre las bebidas edulcoradas, ha levantado grandes polémicas:

• La industria alimentaria se ha puesto en pie de guerra, esto supondría una merma importante en sus beneficios.
• Muchos nutricionistas llevan años reclamando esta medida.
• El consumidor, harto de ver cómo sus impuestos suben continuamente, añade ahora el de las bebidas edulcoradas. Recuerda, no sobre las bebidas con azúcar sino también aquellas que incluyan edulcorantes.
• La población no acepta de buen grado que le impongan qué puede o no beber.
• A dónde irá a parar la recaudación obtenida por esta tasa? (se habla de una recaudación de 400 millones de euros hasta 2022.

En 2016 la OMS proponía un impuesto, de manera generalizada, sobre las bebidas con azúcar. El consumo de azúcar, a nivel mundial, representa graves daños para la salud. De eso no hay duda, son miles los estudios que lo confirman. Sin embargo, cuando hablamos de edulcorantes, la cosa no está tan clara. Existen, de momento, muy pocos estudios que indican que las bebidas edulcoradas suponen un peligro para la salud. Hay voces que esgrimen un argumento con poca consistencia. Las bebidas edulcoradas, dicen, empujan a un mayor consumo de alimentos perjudiciales. No parece, al menos de momento, que esta sea una conclusión muy acertada. Tendremos que esperar a que la Ciencia confirme o desmienta.

Por otra parte, nos surgen otras preguntas. Por qué gravar las bebidas edulcoradas? Posiblemente, la respuesta esperada: porque hay un consumo desmedido y eso repercute en la salud de la población. Un empeoramiento de la salud de la población conduce, inevitablemente, a un mayor gasto en Sanidad Pública. Sin embargo, todos sabemos de la existencia de azúcares añadidos en la mayor parte de los alimentos que consumimos a diario. Deberían entonces gravarse todos los alimentos? Es de sobra conocido que, a día de hoy, la mayoría de productos de alimentación contienen azúcares añadidos. Conservas vegetales, pan, carnes…Es muy difícil encontrar una etiqueta en la que no esté presente el azúcar.

Y nos preguntamos: Por qué, en lugar de recurrir al impuesto, no se obliga a la industria alimentaria a una reducción del contenido de azúcar en general? Por qué, en lugar de impuestos, no se promueven planes de Educación Sanitaria?

Si realmente esta no es una medida recaudatoria, el sentido común indica que reduciendo el contenido de azúcares por parte de la industria, habría una verdadera implicación en la salud de la población.

En los tiempos que corren y los que están por venir, pareciera una vez más, que la carga siempre se hace sobre el más débil.

Y tú, apoyas el impuesto sobre bebidas edulcoradas?